Historia de un pulso
/en Blog /por José Luis AlvarezEn un primer momento parecía amplio, ni rápido ni lento, luego queriendo huir por los rebordes de los dedos, se hacía resbaladizo, en otro lugar haciendo una presión mayor, se volvía tenso y se agitaba, cuando soltabas languidecía, cuando presionabas era tirante y resistente, raspa un poco, pero sin ser rugoso, es más corto en lo profundo que en lo superficial. En la última posición de la mano izquierda tenía tendencia a rápido y una sensación de finura como un hilo de seda. Casi ninguno era más fuerte en el nivel visceral que en el nivel orgánico.
Después de una charla sobre sus síntomas. Decidimos tratar las deficiencias de Yin renal y de Qi de BP, la sangre y el estancamiento de la madera.
Todo en orden aparente. Al día siguiente por la tarde noche nos volvimos a encontrar, con la sorpresa de que poseía un tercer molar menos en la mandibula inferior. Le habían extraido el diente más conocido como muela del juicio. Acontecimiento ajeno al diagnóstico, en principio.
Miremos de nuevo el pulso, le comenté. Nos pusimos de nuevo, al baile eterno del pulso. Ahí está. Ha cambiado!!!
Ahora es más fuerte, se ha hecho menos hueco, sin embargo, en otros lugares es más tenso que antes y rápido, parece más vigoroso con mayor fuerza. Comentamos si podía ser debido a la extracción.
Disfrutamos de una sesión de acupuntura relajada.
Antes de marchar, volvimos a sentir el pulso. Tenía un ritmo más estable, con sus altibajos, un poco largo, pero cómodo.